Tener una concepción general de aprendizaje es como tener en la caja de
herramientas de trabajo, una disponible para el trabajo diario, brinda una
comprensión de los factores, condiciones, recursos y procesos que tienen lugar
en el aula o fuera de ella. Por tanto, los fundamentos teórico-metodológicos
ayudan a transformar las formas de enseñanza y desarrollar otras habilidades
didácticas.
¿Qué es el aprendizaje?
El aprendizaje humano es un proceso de
apropiación de conocimientos; es un proceso de cambio y transformación en la
mente y la conducta de la persona, ocurre en forma gradual y progresiva a
través de diferentes funciones internas en los cerebros reptiiano (instintos),
límbico (emocional) y racional (pensamiento, habilidades, razonamiento,
procesos superiores, etc…). Es posible, gracias a la estimulación sensorial, la
cual permite al hombre dar percibir los estímulos de la realidad, para darle
significación en el cerebro, elaborar mapas de percepción y experiencias
sensibles que generan aprendizajes, una vez que podemos resolver alguna
situación problemática y adaptarnos al medio.
Es importante, considerar el aprendizaje como proceso cognitivo -ocurre
en el sistema nervioso- y como proceso bioquímico –sucede en las neuronas a
través de un impulso electroquímico- pues ofrece al educador un enfoque para
explicar cómo aprenden los alumnos. Estos planteamientos, amplían la visión;
sin embargo, por sí solos, no son suficientes al intentar explicar el proceso
de aprendizaje de los alumnos en la escuela, pues, habría que tomar en cuenta
otros factores; por ejemplo, el ambiente y los recursos, el primero, debe ser
positivo, es decir, un ambiente natural, con las condiciones favorables del
aula, buen clima psicológico, de respeto, con cercanía afectiva, comunicación.
El segundo factor, hace referencia a los recursos: redes de aprendizaje,
habilidades y la metodología de enseñanza, tipo de actividades, ejercicios,
formas e instrumentos para evaluar
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